Agencia de Viajes

domingo, 18 de mayo de 2008

China avanza, a pesar de todo

China la imperial. China la milenaria. China, la castigada víctima de un atroz terremoto que dejó más de 10,000 muertos. Una nación imponente por sus dimensiones geográficas y demograficas, con todo, se apronta para ser la sede de los Juegos Olímpicos, la mayor justa deportiva del planeta.

No son horas felices para las autoridades que deben lograr que su población se sobreponga a una de las mayores catástrofes de la historia y recupere el espíritu festivo que las olimpíadas proponen. Nada fácil.

Desde hace ya algunos meses, China ha comenzado a anunciar las monumentales obras de infraestructura que los juegos le demandaron. Una nueva y colosal terminal para su mega-aeropuerto, hoteles de super lujo de cifras astronómicas, carreteras de vanguardia para unir a las distintas sedes olímpicas, son algunas de las obras más importantes.

Entre estos emprendimientos, destaca por su envergadura un descomunal puente, el más grande de los puentes marítimos del mundo, que con 36 kilómetros une los márgenes norte y sur de la Bahía de Hangzhou, más precisamente a las ciudades de Jiaxing y Ningbo.

La imponente estructura, cuyo extremo se pierde en el horizonte, escapando a la vista del viajero, costó la friolera de 1,067 millones de euros y será una vía de comunicación que diariamente transitarán alrededor de 40,000 vehículos.

La autopista sobre el mar dispone de 6 carriles y no sólo será una imprescindible forma de comunicación entre ciudades muy populosas, sino que además las autoridades pretenden que se convierta en un atractivo turístico en sí mismo, en especial por las noches cuando la iluminación del puente lo convierte en un maravilloso espectáculo, reflejando la línea iluminada en las profundidades nocturnas del mar.

China, la mitológica. China, la de la muralla. La de los soldados de terracota. Una nación que atraviesa difíciles momentos y a la que el mundo está mirando permanentemente.

¿Lograrán las olimpíadas contribuir a superar la tragedia? ¿Podrá el planeta entero con su presencia, disminuir el dolor? Poco probable. Sin embargo las cartas están dadas y China será, a pesar de todo, la sede de la mayor fiesta deportiva del globo. Toda una paradoja.