Agencia de Viajes

martes, 17 de junio de 2008

Un último adiós a la Naturaleza

El calentamiento global ya no es una teoría alarmista de un grupo de ecologistas trasnochados, es una de las realidades más contundentes que afrontamos a nivel planetario. Miles de hectáreas desaparecen diariamente producto de la tala indiscriminada de árboles para diferentes industrias. La liberación de gases tóxicos a la atmósfera destruyen de manera irreversible el sensible equilibrio que nos protege de las radiaciones solares. El efecto invernadero ya está entre nosotros y la temperatura de las aguas aumenta vertiginosamente.

Son innumerables y trágicos los efectos que estas situaciones generan en nuestro entorno, y en muchos casos, las consecuencias no son sólo ambientales, también son económicas. Y para ilustrarlo, veamos como afectan estas circunstancias ecológicas a la industria del turismo mundial.

La preocupante situación del calentamiento del planeta traerá como consecuencia la desaparición indiscutible de grandes atractivos turísticos naturales y es por eso que muchos viajeros han cambiado su lista de prioridades y se inclinan a visitar primero, aquellos sitios que se encuentran en mayor peligro de "extinción". Y por supuesto, las compañías de turismo, ya planifican obtener rédito económico de esta tendencia. Como vemos, los malos tiempos no son para todos.

Entre estos paisajes "en peligro", los primeros en la lista de preferencias son los glaciares y hielos eternos ("eternos" evidentemente es una metáfora) tanto de las regiones árticas como antárticas. Es que su nivel de derretimiento parece no detenerse, por el contrario, aumenta a pasos agigantados y los expertos auguran los peores vaticinios para dentro de muy poco tiempo.

Otros destinos que concitan la atención de los viajeros se encuentran algunas regiones de la Amazonia Brasilera, archipiélagos que ven reducir drásticamente su superficie (como las Maldivas) y grandes reservas faunísticas mundialmente conocidas (como la Gran Barrera de Coral en Australia).

Es cierto que históricamente acceder a estos lugares fue más costoso que hacerlo a sitios más "convencionales" y el furor por llegar a los más alejados rincones del globo ha desatado un significativo aumento de las tarifas, pero esto parece no detener a los turistas ávidos de visitar estos lugares, tal vez por última vez.

Ojalá las cosas fueran diferentes. Ojalá futuras generaciones pudieran extasiarse frente a un glaciar. Ojalá tomáramos conciencia de que habitamos el único planeta que tenemos... Ojalá...