Agencia de Viajes

lunes, 7 de abril de 2008

Buzios, de piratas y famosos

En la década del 60, la exhuberante rubia francesa que seducía al mundo, Brigitte Bardot, posó su mirada en esta pequeña región del litoral atlántico de Brasil y marcaría desde entonces el destino de atractivo turístico internacional de lo que fuera una pequeña aldea de pescadores.

A sólo 170km de Rio de Janeiro, y 2 horas de viaje por autopista, se ubica esta bellísima península que parece más bien una isla. Habitada en sus orígenes por piratas franceses, muchas personas provenientes de todo el mundo, la escogieron para vivir por la benignidad de su clima (250 días soleados al año), la belleza de sus 20 playas y la exhuberancia de una flora y fauna características de las regiones tropicales.

Hay para todos los gustos. Los amantes de la aventura encontrarán en sus aguas inmejorables condiciones para practicar buceo o pesca en mar abierto. Quienes prefieren los deportes náuticos tienen una veintena de playas para elegir: Geribá (la más extensa), Ferradura, Ferradurinha (la elegida de los practicantes del nudismo por su conformación protegida de miradas indiscretas), Joao Fernández (donde se concentra la actividad juvenil), Tartaruga, Dos Ossos, entre otras.

La vida nocturna de Buzios merece un comentario aparte. Repleta de bares, pubs y confiterías donde se pueden degustar los exquisitos manjares del mar y los más exóticos tragos, en Buzios la diversión no tiene fin después que cae el sol.

Durante el día, cientos de senderos y apacibles caminos trepan por las colinas ofreciendo postales panorámicas de infinita belleza.

Muy cerca de allí se encuentra Cabo Frío, una ciudad más agitada con una actividad comercial más intensa, vale la pena visitarla durante el día para disfrutar de sus playas de arenas blancas y finas como talco.

En Buzios son características las posadas, especies de pequeñas casas-habitación escondidas entre la vegetación, y que ofrecen al visitante servicios de categoría internacional.

Un paseo en barco por las principales playas, una bebida servida a la orilla misma del mar mientras se admira la puesta del sol, el calor sensual de la noche brasileña y el perfume de exóticas flores que puebla el aire nocturno, son experiencias que no se encuentran en cualquier lugar.

Visitar Buzios, es tomar contacto con el lado más agreste y deslumbrante de todas las propuestas que Brasil tiene para los amantes del soy y de la playa.