Alarma ecológica global
Decir que el planeta Tierra atraviesa una de sus peores crisis ecológicas, no es una novedad. Decir que el calentamiento global está diezmando especies marítimas y terrestres y que el clima sufre abruptas variaciones de manera cotidiana, tampoco es noticia. Pero debiera serlo, para que finalmente todos tomemos consciencia de que si destruimos esta "pequeña bolita azul en el espacio" (a decir de Carl Sagan), no tendremos a donde ir.
Recientemente la NASA ha publicado un informe mediante el cual pone en conocimiento de la sociedad la trágica situación que enfrentan los hielos eternos de las regiones Árticas.
Se estima que en 10 años, esas masas congeladas de agua se redujeron a menos de la mitad. Mientras que hace una década, el hielo cubría el 60% de los territorios comprendidos en el Círculo Polar Artico, hoy en día ese porcentaje ha descendido a un alarmante 30%.
Como bien sabemos, la reducción de los niveles de hielo, suele ser el indicador que los expertos utilizan para medir las condiciones (malogradas) de un planeta que se debate entre la vida (que se manifiesta por doquier de manera contundente) y la tecnología que el hombre se empeña en implementar dañando irreversiblemente el equilibrio ecológico que nos contiene.
Transportes de combustión, la utilización de combustibles fósiles, la liberación a la atmósfera de residuos contaminantes, y una larga lista de etcéteras, son algunas de las situaciones que podrían llevar al colapso a nuestro bello planeta.
Por supuesto que los gobiernos deberán adoptar las medidas necesarias para que el temido cataclismo no suceda, pero también nosotros somos responsables, desde nuestros pequeños lugares de tratar de responder con conciencia ecológica a los desmanes que las grandes industrias realizan minuto a minuto.
Sólo así nuestros nietos podrán continuar habitando estos bellos paisajes. Como dijo un sabio cacique: "... a la tierra no la heredamos de nuestros padres, la tomamos prestada de nuestros hijos."
Recientemente la NASA ha publicado un informe mediante el cual pone en conocimiento de la sociedad la trágica situación que enfrentan los hielos eternos de las regiones Árticas.
Se estima que en 10 años, esas masas congeladas de agua se redujeron a menos de la mitad. Mientras que hace una década, el hielo cubría el 60% de los territorios comprendidos en el Círculo Polar Artico, hoy en día ese porcentaje ha descendido a un alarmante 30%.
Como bien sabemos, la reducción de los niveles de hielo, suele ser el indicador que los expertos utilizan para medir las condiciones (malogradas) de un planeta que se debate entre la vida (que se manifiesta por doquier de manera contundente) y la tecnología que el hombre se empeña en implementar dañando irreversiblemente el equilibrio ecológico que nos contiene.
Transportes de combustión, la utilización de combustibles fósiles, la liberación a la atmósfera de residuos contaminantes, y una larga lista de etcéteras, son algunas de las situaciones que podrían llevar al colapso a nuestro bello planeta.
Por supuesto que los gobiernos deberán adoptar las medidas necesarias para que el temido cataclismo no suceda, pero también nosotros somos responsables, desde nuestros pequeños lugares de tratar de responder con conciencia ecológica a los desmanes que las grandes industrias realizan minuto a minuto.
Sólo así nuestros nietos podrán continuar habitando estos bellos paisajes. Como dijo un sabio cacique: "... a la tierra no la heredamos de nuestros padres, la tomamos prestada de nuestros hijos."
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